técnicas de control. La abundancia material, a menudo mal adquirida35 y mal usada, dependiente del escandaloso sistema de esclavitud, engendró complacencia. La gente demandaba más y más riqueza con qué festejar hasta que Roma se asfixió en su propia opulencia. Un contemporáneo de Jesús, el historiador romano Livio (59 a.C.–17 d.C.), nos legó esta significativa acusación: “Ultimadamente, nos ha hecho avaros, y los placeres excesivos producen un deseo general de alcanzar disolución y licencia al punto
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